Ahora es un excelente momento para ser más digital, pero ser más digital no es transformación digital.

Ser más digital generalmente es algo bueno; Las nuevas herramientas digitales nos permiten realizar las tareas de manera más eficiente ( a menudo, más agradable). Las herramientas digitales a menudo nos permiten tomar mejores decisiones y centrarnos en trabajos de mayor valor.

Para la mayoría de las personas que tienen la suerte de poder trabajar desde casa, una reunión cara a cara se ha convertido en una videollamada a través de Zoom, Skype o Hang Out: una reunión virtual que utiliza una herramienta de teleconferencia digital. En realidad, lo único que ha cambiado es la herramienta que se usa para hacer lo que ya hacíamos.

Diría que esto es transformación a nivel individual. En cambio si todos, decidiéramos quedarnos en casa, incluso después de que haya pasado la amenaza de COVID-19, eso transformaría las industrias (el transporte público, por ejemplo) y los lugares de trabajo (con un repentino exceso de espacio para oficinas).

El impulsor de este cambio de comportamiento fue la necesidad; si quieres seguir trabajando, tienes que hacer Zoom. Y la escala del cambio no fue insuperable porque herramientas como Zoom son fáciles de usar.

Sin embargo, ser más digital puede permitir una transformación digital; de hecho, no puede implementarse con éxito una transformación digital sin volverse más digital. Entonces, ¿qué es la transformación digital si no se trata de ser más digital?

Comencemos definiendo lo digital como el uso de varias tecnologías para mejorar la forma de hacer negocios. Como sabemos, las tecnologías digitales nos permiten hacer más, de manera más eficiente y más agradable que nunca. Y la palabra ‘transformación’ significa cambio, a menudo un cambio completo.

Por lo tanto, una transformación digital es un gran cambio que experimenta una organización para mejorar la forma en que hace negocios. Para que sea una transformación, debe impactar en cada parte del negocio, tanto interna (la forma en que los equipos trabajan) como externa (la forma en que las personas interactúan con nuestro negocio). Esta es la forma más sencilla de pensar en la transformación digital.

Una organización pequeña o más nueva puede cambiar más fácilmente la forma en que todos trabajan. Una organización grande o con mayor recorrido, no puede hacerlo tan fácilmente, y hacerlo requiere mucho tiempo y riesgo. Es posible emprender una transformación digital sin importar el tamaño.

Supongamos que su empresa lleva a cabo una investigación de clientes para comprender cómo la mayoría de sus clientes ahora quieren y esperan ser atendidos en online. Luego se dispone a cambiar su pagina web, su app móvil, sus programas de ventas y de finanzas, así como a capacitar al personal para que se concentre en las ventas online. Estos cambios dan como resultado que la empresa pase de hacer el 30 % de su negocio online a más del 80 %. Eso es una verdadera transformación digital usted y todas las demás personas y procesos, internos y externos, han cambiado.

En el caso de que su empresa emprenda tal transformación, puede ver cómo ser más digital lo ayudaría a usted y a su equipo a adoptar nuevas formas de trabajar. Con toda probabilidad, después de la transformación, sería difícil que alguien en su empresa no fuera más digital .

En comparación, cambiar la pagina web (quizás dirigido por el departamento de marketing) o reemplazar su BBDD de clientes por un CRM, no son transformaciones en sí mismas. Sí, afectarán a un montón de personas, pero no afectarán a todos y no cambiarán necesariamente la forma en que se trabaja en la compañia.

Los grandes proyectos de TI a menudo se denominan transformaciones y suelen salir igual de mal, pero no son verdaderas transformaciones. Una verdadera transformación requiere combinar y cambiar todos los aspectos de su negocio y sobre todo no olvidar nunca que la transformación digital, va de Personas.